gustavo

8 Lecciones de nuestra historia democrática


 

La crisis política y social por la que ha pasado el país en los últimos 25 años, ha llevado a muchos venezolanos a preguntarse qué pasó, ¿por qué se derrumbó el modelo político de un país que fue ejemplo de convivencia democrática en el mundo? No hay una sola respuesta, y fueron varios los factores que se conjugaron para llegar al estado actual. En una reciente investigación por publicar, se evidencian una serie de procesos sociales y políticos, que por un lado contribuyeron a la consolidación del sistema democrático, y por el otro, derivaron en la decadencia y deslegitimación de los partidos políticos.

Hemos identificado 8 factores clave en estos procesos sociales y políticos, que bien podría ser un aporte en el estudio de la ciencia política y la sociedad civil en general, para extraer importantes lecciones que contribuyan en el futuro, con el mejor desempeño de los partidos políticos y por ende del propio sistema democrático.

  1. La formación y la coherencia ideológica de los líderes políticos.
  • A lo largo del estudio (1958 – 1998), pudimos determinar la importancia que tuvo contar con un liderazgo bien formado política e intelectualmente, y la influencia que ello tuvo en la fundación, establecimiento y desarrollo del modelo político que consolidó el sistema democrático.
  • La claridad de objetivos políticos con base a un diagnóstico del país, apoyados en una orientación ideológica, le permitió a los líderes de los partidos presentar al ciudadano una visión de país, y construir propuestas y tesis programáticas coherentes con el pensamiento político y las acciones concretas que luego se convirtieron en políticas públicas y logros tangibles en la vida de los venezolanos; se promovió un nuevo modelo de sociedad que era necesario crear para el desarrollo del sistema democrático mismo.
  • El ser consistente con sus ideas, en la acción política y gubernamental, es un factor que aumenta la credibilidad del ciudadano en el modelo político, lo cual es fundamental para la viabilidad del sistema democrático. La coherencia entre los valores y principios que forman el pensamiento de un partido, con la conducta del líder político, tanto en su vida pública como privada, consolida el modelo político y el sistema democrático.
  • Sin duda la concepción del Estado, como ente integrador de normas sociales y espacio de convivencia social, donde se desarrollan diferentes modelos y concepciones existenciales, requiere de los líderes políticos, un claro entendimiento de los procesos universales y de las ideas políticas que han contribuido a formar los modelos políticos, a partir de las realidades sociales, especialmente las locales.
  • Conocer en profundidad la historia, la sociología y la realidad económica del país, es un bagaje fundamental para cualquier dirigente político que quiera dirigir los destinos de un país, y más aún a nivel local o regional. Lo mismo es aplicable a las organizaciones políticas, se requiere no solo conciencia histórica del escenario y la circunstancia en la que viven los dirigentes políticos, sino que colectivamente dentro de las organizaciones, la labor de estudio, debate y actualización permanente, en sus diferentes niveles, les va permitir, no solo avizorar nuevos tiempos e interpretar las necesidades de la gente, sino elaborar nuevas propuestas y tesis programáticas, que vincule a los diferentes sectores sociales a las acciones políticas de los partidos.
  1. El valor de los pactos alrededor de un ideario político y social común.
  • El sistema democrático se sustenta sobre pactos sociales y políticos que dan viabilidad a un modelo de respeto a los derechos ciudadanos; esto se da en un marco de libertades, en el que sus protagonistas definen, según sus circunstancias históricas, sociales y económicas, las reglas de juego bajo las cuales regirán sus relaciones y actuaciones. Estos pactos, se traducen en modelos políticos de gobierno, que permiten la convivencia y la satisfacción de necesidades e intereses de los diferentes sectores sociales. El modelo político venezolano que dio sustento al sistema democrático, esencialmente se basó en un acuerdo alrededor de un ideario político común, que hizo realidad, los planteamientos filosóficos de los partidos y la conjugación de los intereses sociales.
  • Es cierto, como dice Juan Carlos Rey, que en esos pactos se concilian intereses y necesidades de los diferentes grupos de presión. Junto a ello y más allá de lo insoslayablemente utilitario, la democracia como sistema político, también es principios y valores filosóficos que concluyen en definir un modus vivendi ciudadano, que se traduce en estabilidad social, gobernabilidad y condiciones de libertad y respeto, que impulsan el crecimiento y la transformación social. De esos principios y valores surgió un ideario político, propio de la realidad y la circunstancia histórica venezolana, alrededor del cual se pudo congeniar, hasta que esos principios entraron en desuso, bien porque requerían ser renovados y no se hizo, o bien porque los actores cambiaron, y los nuevos no los conocían o no los respetaban.
  • El aprendizaje, es que el modelo político alrededor del cual pactan los factores sociales, debe contar con un ideario base, que debe ser conocido, respetado y renovado, en función de fortalecer esos mecanismos que le dan sustento y contenido al sistema democrático.
  • En el caso venezolano, este pacto giró principalmente sobre tres puntos:
  1. En primer lugar, en torno al reconocimiento de las diversas corrientes ideológicas en medio de un propósito común, cuyo objetivo principal fue el compromiso manifiesto de contribuir a la estabilidad del régimen democrático frente a cualquier tipo de amenaza o desviación.
  2. En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, el contar con un pacto de gobernabilidad que permitiera arrancar los programas de crecimiento social y económico, a partir de lo cual, la conciliación de las necesidades e intereses de los diferentes sectores, se podían satisfacer de manera progresiva.
  3. En tercer lugar, ese ideario comprendió la importancia de las coaliciones políticas en el ejercicio del gobierno, como mecanismo de estabilidad y de estímulo al consenso y a la participación en la acción administrativa.
  4. La necesidad de la revisión constante de los acuerdos de convivencia.
  • La promesa de las organizaciones políticas, es lograr nuevas metas en la búsqueda en la transformación de la sociedad. Es alcanzar nuevos estadios sociales, políticos y económicos; es la creación de nuevas relaciones y aumentar los niveles de participación social y progreso económico. Es en definitiva crear una sociedad de ciudadanos independientes, solidarios y conscientes de la responsabilidad que cada uno tiene en la vigencia de los valores que sostienen una sociedad democrática.
  • Cuando las metas se alcanzan y se logra la transformación en diferentes órdenes, es inevitable que ello traiga consigo nuevas realidades, nuevas necesidades, nuevos actores y nuevos retos que asumir. Pero al cambiar los parámetros de la realidad social, es necesario revisar las bases de esos acuerdos y renovarlos, actualizar los diagnósticos, modernizar los procedimientos y tener una visión prospectiva ante las nuevas realidades, con el principal objetivo mantener vigentes las bases que hacen posible el acuerdo de convivencia social y política, clave para el desarrollo económico del país y la satisfacción de los intereses de los grupos de presión.
  1. La inclusión de los nuevos actores
  • Entendiendo el cambio permanente de las condiciones, de la aparición de nuevos actores y de la necesidad de revisar los acuerdos políticos, se hace indispensable la inclusión en el desarrollo y manejo de estos pactos, a los nuevos actores sociales y políticos.
  • El objetivo principal, no solo es incorporar las nuevas visiones de la sociedad en estos acuerdo de convivencia, sino la importancia que las nuevas generaciones entiendan el desarrollo de los procesos sociales y políticos del país; que se hagan parte y sean corresponsables del clima de estabilidad y progreso, y que puedan avizorar a tiempo, los riesgos y peligros que de manera permanente asechan a la democracia, especialmente en tiempo difíciles.
  1. El compromiso de los factores sociales y productivos
  • Si bien los acuerdos de convivencia, son pactos de naturaleza política, esto no quiere decir, que deban ser logrados solo entre partidos políticos; por el contrario, la esencia de ellos conlleva el reconocimiento y la participación de los factores fundamentales de la sociedad.
  • El divorcio entre los sectores laborales, los productivos, los medios de comunicación y los partidos políticos, son la receta perfecta para la inestabilidad y la ingobernabilidad, y abre las puertas a las tentaciones autocráticas, y a que perduren los regímenes de fuerza en el poder.
  • Es fundamental la integración permanente de estos sectores en el desarrollo y renovación de estos pactos.

 

  1. El compromiso de los medios de comunicación con el sistema
  • Aunque el concepto de la influencia de los medios de comunicación sobre de la opinión pública, es uno de los paradigmas que está cambiando con la aparición de las redes sociales, siguen siendo fundamentales en la estabilidad de la democracia.
  • Sin duda la opinión pública, se ha convertido en un factor clave del sistema democrático; contribuyen con el control ciudadano y la vigilancia sobre la conducta de los líderes. Pero cuando se convierten en factor de desestabilización del sistema democrático y se pasa la delgada línea entre la libertad de expresión y su uso como herramienta para desestabilizar, genera problemas a los acuerdos de convivencia social.
  • Tan importante como los sectores laborales y productivos en los pactos que dan permanencia y vigencia a las instituciones democráticas, es el compromiso de los medios de comunicación en contribuir con la estabilidad del sistema democrático, sin que ello de ninguna manera signifique soslayar hechos de otros sectores que afecten a los valores y principios que sustentan el acuerdo y al régimen democrático mismo.
  1. La democracia interna, la institucionalidad y el debate político dentro de los partidos.
  • Entre las muchas definiciones de los partidos políticos, está la de ser agrupaciones de ciudadanos, que se congregan alrededor de un conjunto de ideas o propuestas políticas, para que a través de la organización, sea un canal ciudadano para acceder al poder y poner en práctica sus planteamientos.
  • Es así que como organizaciones de la sociedad civil, deben mantener un permanente debate a todos los niveles de la organización, sobre sus ideas y tesis políticas, que no son sino la visión de cómo alcanzar esas aspiraciones, necesidades e intereses de los más diversos grupos de presión. El no hacerlo pone a estas organizaciones en riesgo de perder el interés ciudadano como canales de acción social y política y seguramente de su deslegitimación.
  • Es así como la democracia interna dentro de los partidos políticos es fundamental para poder mantener vivo ese debate dentro de la organización, que implique la actualización de sus tesis políticas, y la incorporación progresiva de nuevas camadas en el ejercicio del debate ideológico.
  • La institucionalidad dentro de las organizaciones políticas, es otra de las claves para la salud de los partidos, como principales responsables de conducir la articulación social en función de un propósito político común, como lo es la convivencia democrática. Es a partir de esa observancia de las reglas de juego internas, que se fortalecen como institución social dentro del sistema democrático.
  1. La revisión de las tesis políticas y su adaptación a los nuevos tiempos.
  • La esencia de los partidos políticos, está en la propuesta filosófica que presenta a los ciudadanos, y a partir de la cual desarrolla sus tesis políticas y programáticas, como soluciones y canales concretos para abordar los principales problemas y aspiraciones sociales y económicos.
  • Estas tesis y propuestas políticas, no son documentos imperecederos, sino que son el producto del diagnóstico de realidades que van cambiando de manera permanente; por lo tanto requieren de su discusión periódica para estar a tono con las exigencia de los nuevos tiempos y renovar de manera constante su legitimidad, no solo ante los simpatizantes de la organización, sino ante los diferentes sectores de influencia social y política.
  • No existe receta exacta para asegurar la estabilidad del sistema democrático, dependen de la interdependencia de muchos factores, y especialmente de la conducta de los actores sociales, sin embargo contar con referencias producto de nuestra propia experiencia como sociedad, bien podrían ayudarnos a reflexionar y enfocarnos en los factores de éxito de un sociedad plural y democrática.

 

Gustavo Luis Velásquez Betancourt

Coordinador político Adjunto

Voluntad Popular